Cotidianamente estamos expuestos a compartir con un público más sencillo que solo requiere de un lugar con más colores y entretención.

Por lo cual, mi propuesta va dirigida a todo niño que acompaña a alguien en centros de pago, oficinas públicas, entre otros, donde la espera se hace poco divertida al pasar el tiempo, razón suficiente para implementar un rincón infantil o espacio de juego para pintar, compartir con pares, leer, entretenerse; automáticamente convertimos la espera en algo satisfactorio, con ello también evitamos que nuestros usuarios a cargo y presentes alrededor estén preocupados, incómodos cuando se genera su intranquilidad.
Se sabe que cuando un lugar se torna agradable, posee instrumentos accesibles y sencillos, nuestro comportamiento cumple lo esperado por los demás; para nosotros merito valorable como sociedad innovadora y por contribuir sutilmente de forma externa con su desarrollo psicosocial y educacional durante sus primeros años.