¿Dónde estoy? Eso fue lo primero vino a mi mente cuando desperté después del golpe que recibí en la cabeza, ¡estaba atrapado bajo escombro tierra! no tenía visibilidad, ni noción del tiempo y mil preguntas taladraban mi cabeza… ¿Qué día es? ¿Cuánto tiempo permanecí inconsciente? ¿Dónde estoy?
Pasaron horas (para mí una eternidad) mi cuerpo no se movía, me dolía la cabeza, me deshidrataba… traté de contar los segundos, los minutos, las horas y ver cuánto tiempo me quedaba… en mi conteo llevaba más de 36 horas cuando me desesperé y comencé a gritar con todas mis fuerzas; de repente escuché un perro ladrar, empezaron a llamarme y a mover los escombros ¡Era un milagro que oyeran mi voz, en verdad me sentí afortunado! pero… ¿Cuántas personas se quedan enterradas sin que nadie las escuche?
Héctor Gonzales Zamora;
Sobreviviente del huracán Ingrid de 2013 en Guerrero México.
Esta es una de las muchas historias que ocurren cada vez que se presenta un desastre natural. Cuando pasa un desastre natural, son miles las personas que se quedan atrapadas o enterradas sin que nadie las escuche y son muchos los rescates que no se dan a tiempo por falta de desconocimiento de la localización de las personas, tanto de quienes están atrapados como de aquellos que brindan su apoyo ya sea voluntario o de equipo de rescate.
Es por eso que desarrollamos SILLUZ, un proyecto que busca dar una luz de esperanza durante esas primeras 72 horas vitales para la sobrevivencia a través de una lámpara de leed unida con un silbato mismos que permitirán salvar miles de vidas durante esas primeras horas tan críticas
Esta lámpara contará con una gran luminosidad y potencia, que permitirá a las personas atrapadas, generar una luz que pueda ser vista por el cuerpo de rescate en los lugares oscuros; por su parte el silbato integrado tendrá un alcance de varios kilómetros para poder ser escuchado por personas y/o perros de rescate, facilitando la localización de personas atrapadas, extraviadas o que requieran asistencia inmediata.