La frescura de la juventud que augura un futuro promisorio se ve reflejado en los colores. El isologo muestra evolución. Los cuadros de distinto color denotan pujanza, así como los contrastes del país y sus riquezas, su colorido refleja alegría, sin perder formalidad. La transparencia del paraguayo, su cordialidad y sencillez, representado por la letra manuscrita de fuerte presencia pero de bordes redondeados, habla de un país amigable, próspero, confiable y fértil, tanto como para vivir, como para emprender, crecer y desarrollarse. El conjunto denota flexibilidad, dinamismo y una fuerte proyección a futuro sin perder de vista las raíces y tradiciones.